Domingo 19 de Junio


Homenaje a los padres

En este mes de Junio homenajeamos a una persona muy especial: nuestro padre, él ejerce un papel de suma importancia en la familia, sea él biológico o de crianza. Pues tiene la responsabilidad de ser el principal proveedor de la familia, se posiciona como la parte más fuerte, de forma que transmita seguridad a la esposa y a los hijos.


Su figura en sí impone respeto. Eso es muy importante para preparar, enseñar y a veces si es necesario reprender a los hijos con el objetivo de ayudarlos.


Cada país tiene una fecha diferente para homenajear a los padres. Con gran intencidad en cada día determinado los hijos aprovechan para demostrar el cariño y el gran afecto que sienten por su padre.


En ese día tan especial todos tenemos un padre a quien dar homenaje, aún aquellos que no tiene un padre aquí en la tierra, pues todos tenemos a Dios, el Grande y Poderoso Padre de todos. Él nos ama y merece ser homenajeado siempre, debemos aprovechar cada oportunidad para alabarlo y agradecerle por aceptarnos como sus hijos y por declarar eso en Su Palabra que dice:



“Seré para él como padre, y él será para mí un hijo...” (1 Crónicas 17.13).

Unidad 3 - La oración respondida




En la Biblia está escrito sobre un profeta que se llamaba Elías, que enseñaba sobre la voluntad de Dios para las personas. Elías respectaba mucho a Dios y Lo obedecía, por eso muchos milagros ocurrían cuando él usaba la fe. Cierta vez Elías oró para llover y así aconteció, otra vez bendijo una viuda que estaba con hambre, él fue muy usado por Dios.


Un día Elías tomó un importante desafío con los profetas que adoraban a los dioses falsos. El profeta Elías dijo al rey Acabe que junte todos los profetas que sirven a otros dioses y mandó que el pueblo de Israel también estuviese presente. Amiguitos muchas personas del pueblo de Israel, que era pueblo de Dios, estaban obedeciendo a los profetas de Baal, y hacían las cosas equivocadas que desagradaban al Dios vivo.

Entonces todos se reunieron en el monte Carmelo, y Elías dijo para el pueblo que no podía haber dudas, y que debería decidirse si servían a un Dios o a dioses engañadores, y hizo un desafío con los profetas de Baal, diciendo: “hagan un altar para sus dioses y preparen un sacrifico para ellos, llámelos. Después yo voy a hacer la misma cosa, pero clamaré a mi Dios. Y el Dios que derramare el fuego sobre el sacrifico este es el verdadero”.

Él creía que Dios lo respondería, y no tuvo ningún miedo en tener que enfrentar ochocientos y cincuenta profetas. Los profetas se quedaron gritando hasta el medio día y no tuvieron ninguna respuesta. Pero Elías hizo apenas una simple oración diciendo: “Él Señor Dios, muestra que tú Señor eres el rey de Israel, el verdadero, y que tú eres el profeta. Respóndeme...”.

Dios oyó y respondió la oración de Elías y el fuego cayó sobre el altar y el sacrificio, y el pueblo de arrodillo y grito “¡El Señor es Dios!¡Solo el Señor es Dios!”

En la Biblia está escrito que: “Cuando las personas honestas llaman al Señor, Él los oye…” (Salmos 34.17). Elías fue respondido porque era sincero y honesto con Dios. Si fuéremos obedientes y sinceros, también seremos atendidos, pues Dios nunca dejará que seamos avergonzados. Debemos solamente obedecer, usar la fe y confiar.

Memorizando el versiculo de la semana


Historia: El peligro de la desobediencia 29/05 al 04/06


 


Un día, mientras Helen y su hermano, Hugo, cenaban, sus padres le enseñaron que nunca debería acompañar a las personas desconocidas y ni abrir la puerta de casa cuando estuviesen solos. Ellos también les dijeron que nunca deberían entrar en carros de desconocidos, ni hablar con extraños, pues ni todas las personas tienen buenas intenciones. Existen algunas de ellas que intentan atraer a los pequeñitos con dulces y juguetes, y los llevan para lejos y ellos nunca más vuelven para casa.

Los niños oyeron todo atentamente y siempre siguieron las orientaciones de sus padres. Algunos días después que recibieron las orientaciones, surgió en el barrio un joven que luego se aproximo de las niños y de sus padres. A él le gustaba observar a los niños jugando, de ayudarlos a atravesar la calle y hasta de cargar las bolsas de compras de las madres. Él también aprovechaba para hablar de sus conejos de estimación.

Un día, el hombre llamó a los niños y preguntó: ¿Quieren un conejito? Si vienen conmigo, les daré un conejo para cada uno. ¡Hum! Aquello no parecía nada bueno y Hugo no aceptó, pero Helen, resolvió ignorar los consejos de sus padres y siguió al joven.

Cuando ella se dio cuenta, percibió que no había ningún conejito y el joven quería hacerle mal. Ella comenzó a llorar y a llamar por su madre. Gracias a Dios, su hermano avisó a sus padres que luego llamaron a la policía que encontró a la niña. ¡Ufa! ¡Qué peligro!

Helen se quedo muy feliz por haber visto a su madre y aprendió una grande lección: Cuando desobedecemos a los enseñamientos de nuestros padres, corremos un grande peligro.

Unidad 3: Odiando las cosas equivocadas



ELIAS ERA un niño obediente, que crecía con temor y sabiduría delante de los padres y de Dios. Él era el ejemplo de la clase, pues siempre escapaba de las confusiones y problemas.
Sus amigos vivían llamándolo para hacer lío, pero él nunca aceptaba. Un día, ellos resolvieron dibujar en los muros de la escuela con carbón y Elías les aconsejó que no hagan aquello, pues era muy peligroso. ¡Ya pensó si la directora los agarrase haciendo aquello! ¡En que grande problema ellos se meterían! Elías también luego se acordó del consejo que su padre siempre le dio: Todo aquel que tiene el temor a Dios, tiene odio y se desvía del mal; Dios guarda su camino y lo preserva de todo peligro.
Cuando llegó en su casa, contó todo para sus padres y luego elogiaron su actitud. Al otro día, en el horario del recreo, los niños fueron a dibujar en la pared. ¡Ah! No fue algo bueno para ellos, pues la directora los agarró a todos flagrantes… ¿Saben adonde fueron a parar? En la secretaria.
Los padres de los niños fueron llamados y todos se quedaron de castigo durante un mes, sin ver sus dibujos favoritos y sin jugar con los amiguitos después de hacer las tareas de la escuela. Los niños se arrepintieron de lo que hicieron que lo mejor era hacer como Elías: huir de las cosas equivocadas.
¿Saben lo que ellos hicieron después de eso, niños? Pidieron a Elías para que les enseñase el secreto de mantenerse fuera de los líos y él no perdió tiempo para decirles que deberían obedecer a sus padres y dar oídos a lo que la Biblia nos enseña. Elías también aprovecho la oportunidad para invitar a sus amiguitos para que participen de la EBI. Ellos oyeron su consejo y aceptaron la invitación para frecuentar a la EBI. ¡Qué maravilla!

Conclusión:

Cuando respectamos y amamos a Jesús huimos de las cosas equivocadas y todo de lo que Le desagrada. El niño que teme a Dios no miente, no habla malas palabras, respecta a sus amiguitos y no se envuelve en problemas. ¿Ustedes entendieron? ¡Muy bien!